09 diciembre 2013

Neuropatías y Medicina Ortomolecular (I)

   El Sistema Nervioso es una red de millones de neuronas interconectadas mediante los axones y dendritas que facilitan el paso de información neurosensitiva conformando el Sistema Nervioso Central (medula y cerebro) y Periférico con los nervios que salen del SNC hacia todas las partes del cuerpo.
  Las neuronas motoras  reciben la información desde el cerebro y la transmiten a los órganos diana,  los  músculos,  y las neuronas sensoriales  reciben la información del entorno mediante receptores  y las transmiten al cerebro y  medula espinal. Y esto se hace gracias a unas vías de conexión Aferentes y Eferentes.
  
   Por las vías eferentes, desde todos los receptores distribuidos a lo largo de nuestro sistema celular, se envía información al cerebro y por las vías aferentes enviamos la información necesaria hacia estos receptores para hacerlos actuar, respuesta motora, funcionamiento glandular, motilidad intestinal, respuesta termoreguladora,  control de la presión arterial, etc. 


   Por otra parte, la respuesta ante el estímulo puede ser voluntaria, dirigida por el SN Voluntario o Somático, que realiza el movimiento voluntario de músculos, y también puede ser autónoma, SN. Involuntario o Vegetativo, que es el encargado de hacer reaccionar al sistema endocrino, movimientos intestinales, control de las presiones sanguíneas, movimiento cardíaco, etc, y  que también se activa tras una alteración emocional,  es el que controla el METABOLISMO BASAL.

  Este SN Vegetativo tiene centros de control a lo largo de la columna vertebral, cerebro, órganos abdominales y también en el intestino. Podemos diferencias así tres tipos de SN Vegetativo:   Simpático, Parasimpático y Entérico.
    El primero favorece una función activadora, el Parasimpático equilibra, tranquiliza y regenera al cuerpo y el Entérico está formado por una serie de células neuronales distribuidas por el aparato digestivo  y coordina  los movimientos peristálticos, regula el sistema inmunológico, y sobre todo estimula la producción de neurotransmisores como la Serotonina y Dopamina a nivel intestinal.

     El SN también conecta sensaciones y emociones, además de proporcionar el funcionamiento general del resto de los sistemas orgánicos de nuestro cuerpo.
   En el momento de la transmisión del impulso se produce una liberación de sustancias por mediación de la presencia de neurotransmisores  que facilita esta conductividad neuronal.
   Toda nuestra fisiología depende por tanto de que nuestros receptores capten la información necesaria y nuestro sistema de entramado sináptico sea capaz de transmitir una correcta información para una buena respuesta consciente o inconsciente.


  Nuestro Sistema Neuroendocrino también está conectado con el sistema inmunitario y emocional o psique a través de lo que conocemos como SIST. PSICONEUROENDOCRINOINMUNOLOGICO,   de forma que un cambio emocional puede crear una respuesta fisiológica sobre nuestro sistema endocrino o inmunológico controlado por el eje hipotalámico-hipofisario.

   De todo esto se deduce que es necesario que haya una perfecta armonía a través de las conexiones sinápticas que faciliten el buen funcionamiento neurológico y por tanto endocrino y psíquico.  Es decir que no solo nos referiremos al SN cuando haya dolor, incoordinación motora,  síntomas neurológicos como deambulación, atrofia muscular, hernias discales, mielopatías, etc, sino que hay una parte neuronal que nos conecta la parte física con la emocional a través de la producción de sustancias como los neurotransmisores generados en el SN central como en el Sistema Nervioso ENTÉRICO,  que es capaz de reaccionar frente a diversos estímulos produciendo un porcentaje bastante importante de neurotransmisores como la Serotonina.

   
   Cualquier factor que sea capaz de modificar, o actuar  sobre los receptores a nivel central, periférico o entérico y modificar su respuesta, puede terminar favoreciendo la aparición de enfermedades a nivel funcional , es decir a nivel celular primero y en enfermedades orgánicas después, además de provocar alteraciones de conducta o emocionales que siempre acompañan a cualquier proceso de tipo orgánico.

   Estamos acostumbrados a tratar dolores, atrofias, etc, con analgésicos, AINES, sust. como la gabapentina , etc, medicamentos  que intentan revertir los efectos tan desagradables de un ataque epileptiforme, o dolores de tipo neurológico, etc, pero en muchos casos se nos olvida buscar el porque, es decir las bases fisiológicas y bioquímicas de “como funcionamos” y porque podemos “dejar de funcionar correctamente”.

  Nuestro objetivo por tanto, es poder favorecer el perfecto funcionamiento del sistema neuroendocrino aportando los nutrientes que tienen un efecto no solo protector, sino también regenerador y nutritivo tanto de las neuronas como de facilitar la formación de neurotransmisores o favorecer el correcta transmisión sináptica a través de las conexiones neuronales.
 Omegas 3-6, antioxidantes naturales, Vit. C, E, el grupo de Vit. B, oligoelementos como  S, Zn, Se, Mg,  son algunos de estos nutrientes  que actuaran favoreciendo la perfecta armonía en todo el sistema nervioso ya que su presencia favorece la síntesis de neurotransmisores, favorece la captación de energía en forma de glucosa para las neuronas, evitan en gran medida la oxidación celular y eliminación de radicales libres, su presencia es necesaria también para que se produzca la activación de la pared postsináptica neuronal en la transmisión del impulso nervioso, etc.

   No solo afectan al SN las efermedades como tal, sino que hay agresiones como los radicales libres, toxinas no eliminadas de los alimentos intoxicados, conservantes y demás contaminantes de la alimentación comercial, etc.
   La Nutrición Ortomolecular aporta estos nutrientes necesarios, no solo para favorecer el correcto funcionamiento neuronal, si no que nos ayuda a detoxificar este SN contaminado.

Dr. Manuel Vera

Asesor veterinario de In Terra Salud
Veterinario y gerente de Clinica Vet. Valdelagrana